Ediciones Isumatag ha publicado una nueva
traducción de esta obra. Realizada por Último Reducto con la valiosa
colaboración de Ted Kaczynski, trabajando sobre una versión revisada entre 2005
y 2006 por el propio Kaczynski, ya se encuentra disponible en la página “Catálogo y
Puntos de distribución” para quienes deseen adquirirla. Este manifiesto es
un análisis sobre el cómo y el por qué el desarrollo tecnológico se ha convertido en una gravísima
amenaza para la libertad individual y para la naturaleza salvaje. A continuación se ofrecen unos breves resúmenes
que dan idea de su contenido y estructura:
La Sociedad Industrial y su Futuro.
Introducción
Las consecuencias de la Revolución
industrial han desestabilizado la sociedad, han hecho que
la vida no sea plena, han sometido a los seres humanos a situaciones indignas,
han provocado un incremento del sufrimiento psicológico (también del
sufrimiento físico en el Tercer Mundo) y han infligido severos daños al mundo
natural. El continuo desarrollo de la tecnología empeorará la situación. No hay
manera de reformar o modificar el sistema para impedir que prive a la gente de
dignidad y autonomía. Nosotros abogamos por una revolución contra el sistema industrial.
No será una revolución política. Su objetivo no será derrocar gobiernos sino
derrumbar las bases económicas y tecnológicas de la sociedad actual. En este
texto, prestamos atención solamente a algunos de los efectos negativos del
sistema tecnoindustrial. Hemos escrito muy poco acerca de la degradación
ambiental o de la destrucción de las zonas salvajes, aun cuando consideramos
que estos asuntos son muy importantes.
La psicología del izquierdismo moderno
Casi todo el mundo estará de acuerdo en que
vivimos en una sociedad profundamente trastornada. Una de las manifestaciones
más extendidas de la locura del mundo actual es el izquierdismo, así que una
discusión de la psicología del izquierdismo puede servir como introducción a la
discusión de los problemas de la sociedad moderna en general.
Sentimientos de inferioridad
Cuando alguien interpreta como despectivo casi
todo lo que se dice acerca de él (o acerca de grupos con los que se
identifica), consideramos que tiene sentimientos de inferioridad o baja
autoestima. Tales sentimientos son decisivos a la hora de determinar la
dirección del izquierdismo moderno.
Sobresocialización
Se dice que una persona está bien socializada si
cree en el código moral de su sociedad, lo obedece y se adapta bien a ser un
elemento funcional de esa sociedad. Podría parecer absurdo decir que muchos
izquierdistas están sobresocializados, ya que los izquierdistas suelen ser
tomados por rebeldes. Sin embargo, esta idea puede ser defendida. Muchos
izquierdistas no son tan rebeldes como parecen. Por lo general, las metas de
los izquierdistas de la actualidad NO entran en conflicto con la moralidad
vigente. Al contrario, la izquierda toma un principio moral establecido, lo
adopta como propio y, entonces, acusa a la sociedad convencional de violar
dicho principio. Ejemplos: igualdad racial, igualdad de sexos, ayuda a los
pobres, paz como algo opuesto a la guerra, no-violencia en general, libertad de
expresión, rechazo del maltrato a los animales.
El proceso de poder
Los seres humanos tenemos la necesidad
(probablemente de origen biológico) de experimentar lo que llamaremos el
“proceso de poder”. El proceso de poder consta de cuatro elementos. A los tres
más claramente definidos los llamaremos meta, esfuerzo y consecución de la
meta. (Todo el mundo necesita tener metas cuya consecución requiera esfuerzo y
necesita tener éxito en conseguir al menos algunas de sus metas). El cuarto
elemento es más difícil de definir y puede que no sea necesario para todo el
mundo. Lo llamaremos autonomía.
Actividades sustitutorias
Cuando las personas no tienen que esforzarse
para satisfacer sus necesidades físicas a menudo se ponen a sí mismas metas
artificiales. Entonces, en muchos casos persiguen esas metas con la misma
energía e implicación emocional que de otro modo hubiesen mostrado en tratar de
satisfacer sus necesidades físicas. Para mucha, o puede que para la mayoría de
la gente, las actividades sustitutorias son menos satisfactorias que la
persecución de metas auténticas. Un indicio es el hecho de que, en muchos o la
mayoría de los casos, la gente que está profundamente involucrada en
actividades sustitutorias nunca queda satisfecha, nunca se queda tranquila.
Autonomía
La mayoría de la gente necesita un cierto grado
de autonomía al esforzarse por conseguir sus metas. Sus esfuerzos deben ser
fruto de su propia iniciativa y deben estar bajo su propia dirección y control.
Aunque la mayor parte de la gente no necesita ejercer dicha iniciativa,
dirección y control de modo exclusivamente individual. Normalmente les es
suficiente actuar como miembros de un pequeño grupo. Cuando uno no tiene la
oportunidad adecuada de llevar a cabo el proceso de poder las consecuencias son
(dependiendo de cada individuo y del modo en que el proceso de poder se vea
perturbado) aburrimiento, desmoralización, baja autoestima, sentimientos de
inferioridad, derrotismo, depresión, ansiedad, sentimientos de culpa,
frustración, hostilidad, malos tratos al cónyuge y a los hijos, hedonismo
insaciable, comportamiento sexual anormal, trastornos del sueño, trastornos de
la alimentación, etc.
Causas de los problemas sociales
Cualquiera de los síntomas anteriores puede
darse en cualquier sociedad, pero en la sociedad moderna están presentes a
escala masiva. No somos los primeros en mencionar que hoy en día el mundo
parece estar volviéndose loco. Esto no es lo normal en las sociedades humanas. Parece
que en general el tipo de problemas que hemos enumerado en el anterior párrafo
eran mucho menos comunes en los pueblos primitivos de lo que lo son en la
sociedad moderna. Nosotros atribuimos los problemas sociales y psicológicos de
la sociedad moderna al hecho de que dicha sociedad requiere que la gente viva
sometida a condiciones radicalmente diferentes de aquéllas bajo las cuales la humanidad
evolucionó y que se comporte de modos que entran en conflicto con los patrones
de comportamiento que la humanidad desarrolló mientras vivía bajo esas condiciones
originales. De lo que hemos escrito hasta aquí puede deducirse claramente que
consideramos la falta de oportunidades para experimentar apropiadamente el
proceso de poder como la más importante de las condiciones anormales a las
cuales la sociedad moderna somete a la gente. Pero no es la única. Entre las
condiciones anormales presentes en la sociedad industrial moderna cabe destacar
la excesiva densidad de población, el aislamiento del hombre respecto de la
Naturaleza, la desmedida rapidez del cambio social y la descomposición de
comunidades naturales de pequeña escala tales como la familia extensa, la aldea
o la tribu.
Perturbaciones del proceso de poder en la sociedad moderna
El hombre moderno ha de satisfacer su necesidad
de experimentar el proceso de poder principalmente mediante la persecución de
necesidades artificiales creadas por la industria de la publicidad y del
marketing, así como mediante la realización de actividades sustitutorias.
Parece ser que, para mucha gente, quizá para la mayoría, estas formas
artificiales del proceso de poder son insuficientes. Un tema que aparece
repetidamente en los escritos de los críticos sociales de la segunda mitad del
siglo XX es la sensación de falta de objetivos vitales que aflige a mucha gente
en la sociedad moderna. Algo muy ampliamente extendido en la sociedad moderna
es la búsqueda de la “autorrealización”. Pero pensamos que para la mayoría de
la gente una actividad cuyo objetivo principal sea la “realización personal”
(es decir, una actividad sustitutoria) no producirá una satisfacción completa.
Así que el proceso de poder se ve perturbado en nuestra sociedad a causa de la
carencia de metas auténticas y de la falta de autonomía al intentar alcanzar
las metas.
La sociedad moderna es extremadamente permisiva
en ciertos aspectos. En lo referente a aquellos asuntos que sean irrelevantes
para el funcionamiento del sistema generalmente podemos hacer lo que queramos.
Podemos creer en la religión que más nos guste. Podemos irnos a la cama con
quien nos apetezca. Podemos hacer lo que nos dé la gana siempre y cuando no sea
algo importante. Pero en lo que respecta a los asuntos importantes el sistema
tiende paulatinamente a regular cada vez más nuestro comportamiento.
Cómo se adapta alguna gente
No todo el mundo sufre problemas psicológicos en
la sociedad tecnoindustrial. Alguna gente incluso parece estar bastante
satisfecha con esta sociedad tal y como es. Discutiremos algunas de las razones
por las cuales la gente difiere tanto en sus reacciones frente a la sociedad
moderna.
Los motivos de los científicos
La investigación científica y tecnológica aporta
los ejemplos más importantes de actividades sustitutorias. Algunos científicos
afirman que sus motivos para investigar son la “curiosidad” o un deseo de
“beneficiar a la humanidad”. Pero es fácil observar que ninguno de ambos es el
motivo principal para investigar de la mayoría de los científicos. En lo que
respecta a la “curiosidad”, ese planteamiento es simplemente absurdo. La
mayoría de los científicos trabajan en problemas muy especializados que nunca
serían objeto de una curiosidad normal. La explicación basada en el “bien de la
humanidad” no es mucho mejor. Algunas labores científicas no tienen ninguna
relación imaginable con el bienestar de la raza humana -la mayor parte de la
arqueología o la lingüística comparada, por ejemplo. Algunas otras áreas de la
ciencia suponen evidentes peligros.
La ciencia es una actividad sustitutoria debido
a que los científicos trabajan principalmente por la satisfacción que les
reporta realizar su trabajo. Por supuesto, no es algo tan simple. Otros motivos
juegan un papel importante para muchos científicos. El dinero y el estatus por
ejemplo.
La naturaleza de la libertad
La sociedad tecnoindustrial no puede ser
reformada para tratar de impedir que reduzca progresivamente la esfera de la
libertad humana. Pero, dado que “libertad” es una palabra que puede ser
interpretada de muy diversos modos, primero dejaremos claro qué tipo de
libertad es el que nos importa.
Algunos principios acerca de la historia
Presentamos estos principios como reglas
generales, o como guías para el pensamiento, que ayuden a no caer en ideas
ingenuas acerca del futuro de la sociedad. Los principios deberían ser tenidos
en mente constantemente y, siempre que se llegue a una conclusión que entre en
conflicto con ellos, se debería reexaminar cuidadosamente el propio pensamiento
y mantener esa conclusión sólo si hay buenas y sólidas razones para ello.
La sociedad tecnoindustrial no puede ser reformada
Los principios anteriores ayudan a mostrar lo
difícil y poco probable que sería reformar el sistema industrial de tal modo
que se evitase que siguiera estrechando el ámbito de nuestra libertad.
La restricción de la libertad es inevitable en la sociedad
industrial
Como se ha explicado anteriormente, el hombre
moderno está atrapado en una maraña de normas y regulaciones y su destino
depende de las acciones de personas que están lejos de él y en cuyas
decisiones, por tanto, no puede influir. Esto no es algo accidental ni el
resultado de la arbitrariedad de burócratas arrogantes. Es necesario e
inevitable en cualquier sociedad tecnológicamente avanzada. El sistema tiene
que regular estrictamente el comportamiento humano para poder funcionar. El
sistema tiene que obligar a la gente a comportarse de un modo que está cada vez
más alejado de los patrones naturales de la conducta humana.
Las partes “malas” de la tecnología no pueden ser
separadas de las partes “buenas”
Otra razón por la cual la sociedad industrial no
puede ser reformada para favorecer la libertad es que la tecnología moderna es
un sistema integrado en el cual cada parte depende de todas las demás. No es
posible deshacerse de las partes “malas” de la tecnología y mantener sólo las
partes “buenas”.
La tecnología es una tendencia social más poderosa que el
deseo de libertad
No es posible establecer un equilibrio duradero
entre tecnología y libertad, ya que la tecnología es con mucho la fuerza social
más poderosa y continuamente restringe la libertad mediante sucesivas
negociaciones y acuerdos.
Los más simples problemas sociales han demostrado ser
irresolubles
Si alguien aún imagina que podría ser posible
reformar el sistema de modo que la libertad sea protegida de la tecnología,
debería considerar lo torpe y, en la mayoría de los casos, ineficientemente que
nuestra sociedad ha hecho frente a otros problemas sociales que son mucho más
simples y manejables. Entre otros, el sistema ha fracasado en los intentos de
parar la degradación ambiental, la corrupción política, el tráfico de drogas o
la violencia doméstica.
La revolución es más fácil que la reforma
Esperamos haber convencido al lector de que el
sistema no puede ser reformado de modo que haga compatibles libertad y
tecnología. La única salida es prescindir del sistema tecnoindustrial en su
totalidad. Esto implica una revolución; no necesariamente un levantamiento
armado, pero sí ciertamente un cambio radical y fundamental en la naturaleza de
la sociedad.
El control del comportamiento humano
Desde el comienzo de la civilización, las
sociedades civilizadas han tenido que presionar a los seres humanos para
mantener el funcionamiento del organismo social. Las formas de presión varían
mucho de una sociedad a otra. Las sociedades han sido capaces de presionar a la
gente sólo hasta ciertos límites. La naturaleza humana ha puesto ciertos
límites al desarrollo de las sociedades en el pasado. La gente podía ser
presionada sólo hasta ahí y no más allá. Pero hoy en día esto puede estar
cambiando, ya que la tecnología moderna está desarrollando formas de modificar
a los seres humanos (drogas psicoactivas, tecnologías de vigilancia, técnicas
educativas, ingeniería genética, etc.).
La sociedad industrial parece estar entrando en
un periodo de graves dificultades, causadas en parte por problemas de
comportamiento humano y en parte por problemas económicos y ambientales. Y una
cantidad considerable de los problemas económicos y ambientales del sistema son
el resultado del modo en que se comportan los seres humanos. Por consiguiente,
el sistema se verá obligado a usar todos los medios prácticos que estén a su
alcance para controlar el comportamiento humano.
La humanidad en una encrucijada
El sistema está librando actualmente una batalla
desesperada por superar ciertos problemas que amenazan su supervivencia, entre
los cuales los más importantes son los problemas de comportamiento humano. Si
el sistema logra adquirir suficiente control sobre el comportamiento humano lo
bastante rápido, probablemente sobreviva. De lo contrario se vendrá abajo.
El sufrimiento humano
¿Es cruel esforzarse por favorecer el colapso
del sistema? Hay que sopesar qué es peor, la lucha y la muerte o la pérdida de
la libertad y de la dignidad. Para muchos de nosotros, la libertad y la
dignidad son más importantes que la longevidad o que evitar el dolor físico.
Además, todos hemos de morir antes o después, y puede que sea mejor morir
luchando por la supervivencia, o por una causa, que vivir una vida larga pero
vacía y sin sentido. Tampoco es cierto en absoluto que la supervivencia del
sistema vaya a suponer menos sufrimiento que el que conllevaría su colapso. El
sistema ya ha causado, y va a seguir causando, un inmenso sufrimiento por todas
partes.
Se suponía que la Revolución Industrial haría
desaparecer la pobreza, que haría que todo el mundo fuese feliz, etc. Las
consecuencias reales han sido bien distintas. Los tecnófilos son
irremediablemente ingenuos (o se autoengañan) en su forma de entender los
problemas sociales. No se percatan de (o prefieren ignorar) el hecho de que
cuando grandes cambios, incluso los aparentemente beneficiosos, son llevados a
cabo en una sociedad, éstos desencadenan a su vez una larga secuencia de nuevos
cambios, la mayor parte de los cuales son imposibles de predecir. El resultado
es la desestabilización de la sociedad. De modo que es muy probable que, con
sus intentos de acabar con la pobreza y la enfermedad, fabricar personalidades
dóciles y felices y cosas por el estilo, los tecnófilos acaben creando sistemas
sociales que serán terriblemente conflictivos, más incluso que el sistema
actual.
El futuro
Supóngase ahora que la sociedad industrial
sobrevive a las próximas décadas y que, finalmente, logra deshacerse de sus
defectos, de modo que el sistema funciona ya sin trabas. ¿Qué tipo de sistema
sería ése? Consideraremos varias posibilidades.
La estrategia
Los tecnófilos nos están arrastrando a todos en
su carrera completamente imprudente hacia lo desconocido. Muchas personas
entienden parte de lo que el progreso tecnológico nos está ocasionando, sin
embargo toman una actitud pasiva hacia él porque piensan que es algo
inevitable. Pero nosotros (FC) no pensamos que sea inevitable. Pensamos que
puede ser detenido y daremos aquí algunas indicaciones de cómo actuar para
detenerlo.
Los dos tipos de tecnología
Una posible objeción que podría plantearse a la
revolución que proponemos es que está condenada al fracaso, ya que (según se
afirma) a lo largo de la historia la tecnología siempre ha avanzado, nunca ha
sufrido retrocesos, de ahí que una regresión tecnológica sea imposible. Pero
dicha afirmación es falsa. Nosotros distinguimos entre dos clases de
tecnología, a las cuales llamamos tecnología de
pequeña escala y tecnología
dependiente de grandes organizaciones. la tecnología
dependiente de grandes organizaciones sí sufre un retroceso cuando la
organización social de la cual depende se derrumba.
El peligro del izquierdismo
Debido a su necesidad de rebelarse y de
pertenecer a un movimiento, los izquierdistas u otras personas de tipos
psicológicos similares a menudo se sienten atraídos por movimientos rebeldes o
activistas cuyas metas y miembros no son izquierdistas inicialmente. La
influencia ejercida por parte de estos tipos de tendencia izquierdista puede
fácilmente transformar en izquierdista un movimiento inicialmente no izquierdista,
de modo que las metas izquierdistas acaban sustituyendo o desfigurando las
metas originales del movimiento. Para evitar que esto le suceda, un movimiento
que ensalce la Naturaleza y se oponga a la tecnología debe tomar una postura
resueltamente antiizquierdista y debe evitar toda colaboración con
izquierdistas. El izquierdismo resulta incompatible a largo plazo con la
Naturaleza salvaje, con la libertad humana y con la eliminación de la tecnología
moderna.
El izquierdismo es una tendencia totalitaria.
Siempre que el izquierdismo alcanza una posición de poder, tiende a invadir
hasta el último rincón privado y a hacer que todo pensamiento quede encerrado
dentro de los moldes izquierdistas.
Nota final
A lo largo de este artículo, hemos hecho
afirmaciones imprecisas y afirmaciones que merecen ser interpretadas con todo
tipo de matizaciones y reservas; y algunas de nuestras afirmaciones puede que
sean totalmente falsas. La falta de información suficiente y la necesidad de
brevedad nos hace imposible formular nuestras aseveraciones de un modo más
preciso o añadir todas las explicaciones necesarias. Y por supuesto, en una
discusión de este tipo hay que confiar considerablemente en la capacidad de
juicio intuitivo, y esto a veces puede ser un error. Así que no pretendemos que
este escrito exprese más que una burda aproximación a la verdad. De cualquier
modo, estamos razonablemente seguros de que los trazos generales del cuadro que
acabamos de pintar son bastante acertados.
Postfacio al “Manifiesto”.
Por Ted Kaczynski.
Nota acerca de “The
Road to Revolution”. Por Ted Kaczynski.
Entradas relacionadas: